
La versatilidad de este grano lo hace atractivo al paladar de los guatemaltecos
El atol de elote es una bebida que ha estado sobre la mesa de los hogares guatemaltecos desde hace más de 500 años y para los que gustan de este manjar en cualquier época del año, es seguro que lo encontrarán siempre frente a la entrada principal de la Iglesia Católica San Francisco de Asís de Quezaltepeque
Los mayas consideraban sagrado el maíz, por lo que se esmeraron en convertirlo en un manjar comestible con diversas recetas, y el atol fue una de ellas.
Esta forma rápida de prepararlo hizo que los mayas ingirieran las calorías necesarias de cada día. “Ellos lo condimentaban con cacao, hierbas y edulcorantes naturales como la miel”, cita el libro Las recetas de María Clemencia de Rodas.
Este alimento, también llamado grano de oro y considerado sagrado, fue el elemento que se empleó para crear al hombre, según se describe en el Popol Vuh.
La palabra mesoamericana de este grano era tolli. “La palabra atole viene de la lengua náhuatl, por lo que su pronunciación —mexicana— lleva una e al final. A los habitantes de Mesoamérica se nos considera hombres de maíz, ya que este grano está presente en nuestra historia desde hace más de cinco mil años, y esto se puede confirmar en todos los sitios arqueológicos de México y Guatemala”, explica el antropólogo Celso Lara.
En el libro Historiadores de la cocina, del grupo gastronautas, se lee: “Tienen los indios en la mar del Sur… un gentil aviso, quando en quella mar navegan; y es que llevan harina de mahiz tostado y echan un puño della en una taza de agua revuelovenla, e hacese una atalvina, e brebaje bueno con que se sostienen”, en referencia al maíz.
“Me atrevo a decir que el atol de maíz y de cacao que se prepara en Suchitepéquez es el de mejor calidad del norte y sur de Mesoamérica. Esta era una bebida sagrada que se preparaba para los señores de los centros ceremoniales, así también las comadronas de ese entonces la usaban para alimentar a las mujeres que daban a luz y servía de complemento de la leche materna para nutrir a los recién nacidos. Recordemos que este país siempre ha padecido de hambre y la gran tradición de las mujeres sabias ha hecho que los atoles se conserven como parte de la fortaleza del hombre, por lo tanto a los niños desde muy pequeños se les ha dado tanto de maíz como de haba, o de distintas plantas, que le permitan contribuir a una mejor y equilibrada nutrición”, agrega Lara.
Por Marcela Marroquín
Deja un comentario